En plena Segunda Guerra Mundial Francia se encontraba ocupada por los alemanes. Hasta allí se vio obligada a exiliarse Marina Mun, una joven pianista Malagueña que perdió, como consecuencia de la guerra civil en España, a sus padres y a varios amigos entre ellos a Federico García Lorca. En este país no se encontraba sola, contaba con amigos como Pablo Picasso, Deray Guilabert, Esteban…pero sentía que no tenía patria ni Dios ni rey. A pesar de ser mujer, le encantaba relacionarse con el mundo de la cultura y sus mayores aficiones eran leer y tocar el piano, cosas que hacía todos los días. Tenía una gran capacidad de evasión, esta era la forma que tenía de defenderse de la realidad, de olvidarse de todo lo que no le interesaba. Cuando se evadía en las diferentes situaciones evocaba a los recuerdos del pasado en los que estaba en su país natal con su familia y amigos.
Marina despertó el interés del militar Alemán Erich Kennen hasta tal punto, que mandó a su asistente personal Françoise a investigar sobre ella en profundidad e incluso él mismo la siguió. Se vieron por primera vez cuando Erich chocó de forma intencionada con ella en la calle, cayéndosele unos documentos sobre la batalla de las Navas de Tolosa que Marina recogió. Ellos dos no se conocieron oficialmente ni conversaron hasta la fiesta que realizó Deray tras el concierto de su amiga Mun. Al terminar esta fiesta la Malagueña se fue a casa y en la puerta había dos militares que no se opusieron a que entrara en la misma. Esto le resultó un tanto extraño, pero no le dio más vueltas al asunto y se fue a darse un baño. Para su sorpresa, allí estaba escondido Kennen que tras perseguirla, logra cogerla y violarla. Cuando éste terminó ella intentó escapar con tan mala suerte que en su huída se cayó y golpeó fuertemente quedando inconsciente.
Cuando Marina se despertó estaba en casa de Erich que se la había llevado hasta allí para que viviera con él. Ella en cuanto pudo se escapó hacia la ciudad y acabó escondiéndose en el jardín del Marisca Keitel que al enterarse, le pidió que entrara en la casa y llamó a Kennen, éste se la llevó de nuevo a su mansión. Marina tenía tanta rabia contenida hacia Erich que en un momento en el que él entró en su habitación le clavó un abrecartas, pero rápidamente se lo sacó y lo curó junto al médico, la chica no tiene tanta sangre fría. Al poco tiempo los hombres del Mariscal secuestraron a la pianista para llevarla junto a su jefe. Una vez allí, él le hizo cosas horribles aunque pronto llegó Kennen para rescatarla y llevarla junto a su amiga Deray que estaba muy mal por la muerte por neumonía de su hijo pequeño. Ésta le pidió que realizara un concierto en honor de su niño y la señorita Mun aceptó encantada. Ése sería también el concierto de despedida para sus seguidores, ya que pensaba marcharse a España.
Como el gozo no podía ser del todo completo, en medio del concierto entraron militares disparando a diestro y siniestro, como consecuencia de ello Deray murió. Marina pudo escapar y fue recogida por Kennen en la puerta del Sacre Coeur siendo salvada por él una vez más. El oficial decidió contarle que había contratado a un grupo de investigadores y traductores para que averiguasen todo lo que pudiesen sobre unos documentos que encontró, ya que sospechaban que pudieran ser la Biblia auténtica. El primer manuscrito hablaba del comienzo de la era cristiana, el segundo narraba las experiencias en la batalla de las Navas de Tolosa del Maestre de la Orden de Calatrava y un clérigo, el tercero era la novísima carta de Leonardo Da Vinci y el último era el diario de la condesa de Báthory. Marina junto a Kennen ya estaban envueltos en ese misterio histórico y al llegar a la casa del oficial se pusieron a intentar averiguar más sobre el tema.
Françoise le dió a su jefe una carta en la que un amigo de éste le avisaba de que lo iban a detener ya que el Mariscal Keitel lo había acusado de traición ante Hitler. Pusieron en marcha el plan que tenían para estos casos y se marchó el asistente por un lado y Erich con la mujer por otro. Se escondieron en la casa de un amigo de ella que ya había fallecido y allí la pianista se dió cuenta cuando estaba junto a él que ya no se dejaba llevar por la situación ni se evadía de la misma, sino que lo deseaba.
Los acontecimientos iban sucediendo más o menos según lo planeado y consiguieron recuperar los manuscritos y un resumen de toda la investigación. Tras discutir sobre el tema con su enamorada, Kennen estaba muy convencido de que Lilith, la mujer protagonista de todos esos documentos, también llamada Satanás, ángel caído, la muerte, el espíritu eterno…es la señorita Mun. De ninguna de las maneras ella lo aceptaba.
Por desventura Erich cayó enfermo de Septicemia y murió sin que nadie pudiera hacer nada por él, ni siquiera su amada. Françoise acusó a Marina de la muerte de su jefe y le dijo que él también estaba convencido de que era Lilith. La muchacha decidió volver a su casa en Málaga y allí se sintió más viva que nunca y reflexionó sobre la vida y reconoció el fin de su existencia.
Mientras estaba leyendo comenzó a evadirse como de costumbre, pero esta vez no con recuerdos sino con una pesadilla. En ella la perseguía una doble suya que hizo que se precipitase por el vacío, por fortuna la salvaba el dragón con el que siempre soñaba y la llevaba hasta una casa donde estaban todos sus familiares y amigos. Allí la joven se encerró en una habitación en la que entró su perro Pancho y el dragón. Éste le dijo que lo que estaba teniendo era el sueño de una realidad. Marina sabía que era su último sueño y que Kennen tenía razón cuando decía que ella era el espíritu eterno.
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